LOS ENEMIGOS son portada de la revista ROCKDELUX del mes de diciembre. No te pierdas la primera entrevista del grupo después de su retorno.

La Revuelta de Los Enemigos: Alegría

A primeros de septiembre empezó a circular un comunicado de prensa por el que muchos suspiraban desde tiempo atrás. Venía firmado por Los Enemigos –Josele, Fino, Chema y Manolo– y anunciaba su vuelta a los escenarios durante todo 2012, diez años después del apoteósico tour con que se despidieron, dejando un rastro indeleble en la memoria del rock en castellano.

La Revuelta Enemiga –así se llama la gira– todavía no ha explotado. Lo hará el 7 de enero en Logroño, dentro del festival Actual. Todo el mundo sabe que será uno de los grandes acontecimientos musicales del próximo ejercicio. Ninguna duda al respecto. El grupo madrileño decidió colgar los trastos en el momento oportuno. Dejarlo ahí, en lo más alto, fue una decisión inmejorable, propia de tíos cabales, y ayudó a preservar intacto su venerable recuerdo. No les vimos morir: solo les acompañamos en la despedida.

La tesis del bloqueo creativo fue neutralizada poco después de que cayera el telón. La del artista dormido en sus merecidos laureles, también. La pelea por el jornal aguardaba a la vuelta de la esquina. El cantante, guitarrista y compositor Josele Santiago lleva publicados cuatro discos a su nombre. Todos soberbios. Todos impecables. El bajista Fino Oyonarte continuó la aventura pop de Clovis, retomó su brillante carrera como productor –Corcobado, Lagartija Nick o Jonston fueron algunos beneficiarios de esta decisión– y puso en marcha un grupo instrumental –Los Eterno– que ha debutado en largo este mismo año. El batería Chema ‘Animal’ Pérez optó por explorar otra vena escénica –la teatral– y baqueteó para terceros, en bandas del más diverso pelaje o musicales de la Gran Vía. El guitarrista Manolo Benítez nadó contracorriente –sigue haciéndolo– al frente de “Es muy bonito vivir esta vida”, ambicioso proyecto filantrópico de corte ecologista. También reactivó a Los Freedom, su grupo de siempre, y acudió a la llamada de Porretas cuando el cáncer empezó a doblar la muñeca del difunto Roberto Mira.

El comunicado de la Revuelta Enemiga era breve, conciso y revelador, como la lírica de Josele Santiago. En apenas cuatro líneas, se hacía saber: Los Enemigos regresan porque les hace falta. En sentido estricto. El ecosistema de la música popular es frágil y algunas de sus especies –músicos de vocación y oficio– empiezan a acusar el progresivo deterioro del hábitat que les aseguraba el sustento hasta antesdeayer.

Cuando firmaron su partida de nacimiento allá por 1985 –Josele es el único padre fundador que sigue en la brecha–, La Movida se había institucionalizado y estaba a punto de hollar su cumbre mediática y comercial. El rhythm and blues del grupo descollaba, beodo y ocurrente, entre el selecto pelotón de bandas con promesa. A discos como “Ferpectamente” (1986) y “Un tío cabal” (1988) les remitimos. Aquello era sólo el principio. Mientras la estrella de algunos languidecía, el fulgor creativo de Los Enemigos deslumbraba. Obras mayúsculas como “La vida mata” (1990) o “La cuenta atrás” (1991) iluminaron el camino cuando los neones de la Movida dejaron de parpadear. El triunfo de la sedición indie –articulado durante un largo periodo de luces, sombras y ruido de fondo– no solo no les afectó, sino que reforzó su sistema inmunitario y confirmó su calado intergeneracional. Los Enemigos: admirados por muchos, respetados por todos.

Antes de anunciar su separación –que llegó cuando menos se esperaba: vendían razonablemente bien y tocaban a menudo– entregaron otra tacada de discos sustantivos –“Tras el último no va nadie” (1994), “Sursum Corda” (1994), el EP “Por la sombra/Hermana Amnesia” (1995), “Gas” (1996), “Nada” (1999), la banda sonora de “Se buscan Fulmontis” (1999)– que amplió su devota nómina de seguidores y ratificó su condición de clásicos del rock hecho aquí. Al escuchar las canciones de esta última etapa –también al evocar sus apabullantes directos– nos topamos con un grupo en plenitud de facultades expresivas. Por eso costó tanto decirles adiós. Y por eso su regreso es una de esas noticias que obliga a descorchar el champán. Vayan preparando el brindis.

César Luquero


Algunas preguntas frecuentes – FAQ’s


1 Pero, ¿no habían vuelto ya?
No exactamente. En 2006, Josele, Fino y Artemio Pérez –cofundador del grupo; tocaba la batería– actuaron en el concierto-homenaje al carismático Kike Turmix. Ahí prendió la mecha de un pequeño tour en el que tocaron las canciones de “Ferpectamente” y las versiones que el grupo interpretaba en sus primeros tiempos. Fue Turmix quien presentó a Josele y Artemio. Y también fue él, aunque a título póstumo, quien los reunió veinte años después

2 ¿Vuelven para quedarse?
No. Harán esta tanda de conciertos que, a priori, debería mantenerles ocupados durante todo 2012. Cuando termine la gira, cada mochuelo a su olivo.

3 ¿Grabarán un nuevo disco?
No. El grupo terminó cuando sus miembros consideraron que ya no se podía estirar más el chicle creativo. Donde dijeron “digo”, siguen diciendo “digo”.

4 Entonces, ¿no habrá nuevo material?
Sí que lo habrá. A principios de la próxima primavera esperan publicar un DVD que refleje lo especial que fue su gira de despedida. El disco se confeccionará con material extraído de aquellos últimos conciertos en Santiago de Compostela y Madrid.

5 ¿Dónde van a tocar?
Todavía es pronto para decirlo, porque su oficina sigue trabajando en la confección de la gira. Lo suyo es echar un vistazo de cuando en cuando al Facebook oficial del grupo. El nombre del mismo es LOS ENEMIGOS (oficial).